miércoles, 5 de mayo de 2010

La vida moderna.


Estamos viviendo una época con demasiada modernidad,-que en mi niñez jamas imaginé- todo esto ha venido a facilitar el trabajo de las personas y a tener comunicación al instante, entretenimiento en casa y porque no decirlo también trabajo.

Antiguamente ni se pensaba que algún día existirian tantos adelantos, todo se hacia a conciencia, con lo que se tuviera a mano. Me acuerdo que en los mercados, se atendía a la gente detrás de un mostrador y la empleada hacia las cuentas sin ayuda de calculadoras (no existían), ¡cuantas veces no se equivocarian!.

No existían celulares, las personas para comunicarse, se visitaban y así se enteraban de como estaban y que les pasaba. No había televisión, los niños nos entreteníamos jugando con otros niños en el patio de la casa y porque no decirlo en la calle, -no había tantos carros- ni los peligros de ahora.

En el trabajo no existían las computadoras, todo se hacia con una máquina de escribir y se archivaba todo en folders cuidadosamente. la comunicación con los clientes se hacia por teléfono o citas en restaurantes, oficinas, salones etc.

Las familias se reunían a la mesa a la hora de la comida, que casi siempre era a una hora exacta, los papás contaban anécdotas de su niñez, después los niños, adolescentes o jóvenes, ayudaban en los quehaceres del hogar.

Existía la radio y el cine, me acuerdo que eran colas inmensas para ver una película del ídolo del momento, en la tarde los niños se entretenían oyendo por radio cuentos hermosos que hacían que la imaginación volara.

Les cuento todo esto porque es lo que me toco vivir,-no saquen cuentas-y gracias a Dios sigo viviendo en esta época de modernidad, cuando vi por primera vez una película por la televisión -de esas que se rentan- hasta creí que era brujería, me parecía imposible que metiendo un caset en un aparato se pudiera ver una película, y más me admiré que se pudiera grabar un programa aun estando apagada la tele, ¡no lo podia creer!!.

Ahora ya le entré a la modernidad y soy adicta a todo lo que se refiere a computadoras, celulares, cámaras fotográficas, videos etc. ¿a quien no le gusta todo esto?. Todo está muy bien, pero no dejo de añorar esos juegos de niños, reunión alrededor de la mesa con los cuentos de nuestros padres, las visitas a la familia, la familia siempre reunida en la sala platicando, la quebradera de cabeza sacando cuentas, el gusto enorme de ver por primera vez televisión, en fin aunque se que son cosas que no volverán, no dejo de recordarlas con mucho placer.

Tenemos que vivir la vida como se va presentando y no debemos negarnos a la modernidad, curioso seria que pudiendo tener lavadora automática, nos quisiéramos ir al rio a lavar sobre una piedra,-ni locos que estuviéramos- pero lo que si me he dado cuenta es que tanta comodidad ha separado a las familias, ya cada quien vive en su cuarto, metidos en la computadora checando los correos, chateando, viendo videos o con sus aparatos de sonido oyendo lo que está de moda.

Ya cada quien tiene sus propios intereses que no comparte con los demás, ni tampoco les interesa,viven en su mundo y me refiero no solamente a los hijos, sino también a los padres, que con tanto trabajo que tienen, porque hasta se lo llevan a la casa, -con eso que ya todo se hace por computadora-,tampoco comparten con los hijos el poco tiempo que les queda después de trabajar.

Me ha tocado vivir en dos siglos, el pasado y este, como a la mayoría de los que actualmente habitamos en este mundo, y si que he visto cambios, dicen que los cambios siempre son buenos, pero sigo pensando que en parte, cuando se trata de todo lo que es tecnología esta bien, pero en cuanto a la relación familiar, no creo sean tan buenos, pues en lugar de unir ha sido todo lo contrario. Sigamos gozando todos los adelantos que vengan, pero no dejemos de lado la parte familiar, porque todo lo que sean aparatos se pueden reemplazar, la familia no.

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