martes, 27 de julio de 2010

La moda a través del tiempo.




Dice un dicho, "De la moda lo que te acomoda" pero nadie hacemos caso de eso, cada quien nos vestimos como nos dá la gana y como nos sentimos cómodos. Yo nací en la década de los cincuenta y me acuerdo de como vestian las personas en ese tiempo. Las mujeres siempre con vestido o faldas, sus medias de seda y tacones, muy elegantes parecidas a la dama de la loteria.

En el siglo X1X y principios del XX las mujeres parecian muñequitas de porcelana, con esa cantidad de ropa, capa tras capa, como lechugita, necesitaban quien las ayudara a vestir porque solas ni de chiste podian, usaban unos calzones largos hasta la rodilla, medias, un corsé lo más apretado posible, para que se viera una cintura muy breve, fondos, crinolinas y ¡¡por fin!! el vestido lleno de moños y encajes, guantes, peinados muy complicados y de remate ¡¡una sombrilla!!. La verdad que era un ritual vestirse de esta manera, no enseñaban para nada el tobillo, pero en cambio los escotes eran muy pronunciados, -no si la coqueteria femenina, siempre ha existido-. ¡¡ahhh!! se me olvidada decirles, que esto era en las clases privilegiadas, o sea los ricos, porque los pobres se vestian de manta y algodón, nada complicado y hasta eso bien ventilado el cuerpo.

No me quiero imaginar como se sentirían de incómodas las mujeres con tanta ropa encima, más en tiempo de calor, de los hombres no hago mención porque aparte de que se vestian muy elegantes no era tan complicada la cosa. como sea aunque incómodo y todo, se veian preciosas las muchachas con esa ropa, todas unas damitas de sociedad, como muñequitas de aparador.

Despúes con el tiempo, la cosa cambió, la ropa se volvió más ligera, aunque no menos elegante, las mujeres con vestidos muy pegados al cuerpo dejando ver sus bien formadas curvas, con medias de seda, tacones, guantes y sombreros muy elegantes, el largo de la falda a los tobillos, muy bonitas en su arreglo, el pelo con permanente, los labios muy pintados, tenian su encanto, se veian muy sensuales. Se distinguia claramente un hombre de una mujer.

Ya en los años setenta del siglo pasado, se empezó a usar el pantalón en la mujer, ¡¡ahi fué el acabose!!, esa moda llegó para quedarse, ¡¡todas le entramos encantadas!! -y como no- ¡si son comodísimos!! podemos brincar, correr, sentarnos como queramos, agacharnos en fin, todo se puede con los pantalones, -pero- siempre hay un pero, ahí acabó la elegancia. Ahora nos importa más la comodidad, o sea, somos más prácticas, pero eso tiene que ver también con los tiempos modernos, todo evoluciona y en la ropa, también tenía que pasar.

Ahora a veces es difícil distinguir un hombre de una mujer, pues el cabello, la ropa, zapatos, accesorios, etc. son iguales. por eso cuando yo veo una mujer arreglada con vestido, medias, zapatos, bolsa y bien peinada, mis respetos, es digna de mi admiración, porque ya hay muy pocas asi, son personas que todavía guardan recuerdos por el buen gusto y la elegancia de antes. No quiero decir con esto que otras personas no lo sean, se puede ser elegante en el vestir aunque ya la moda no es igual, pues al final de cuentas lo que importa es la persona y la presencia que se tenga, aqui nada más estamos hablando de moda, mientras tanto ¡¡yo me quedo con mis pantalones, arriba la comodidad!!.

miércoles, 21 de julio de 2010

Mi patria.




Mi patria es mi ¡México lindo y querido!! tierra que me vio nacer, de quien me siento orgullosa. Nuestra tierra, es la raíz de donde venimos, nuestro idioma, costumbres, historia, rasgos, lo debemos al país que pertenecemos.

Cuando por alguna razón del destino, se llega a vivir fuera del país de origen, es cuando más se le extraña, la distancia despierta más los recuerdos y se añora todo lo que pertenece al terruño, ahí es cuando verdaderamente sale lo mexicano y lo gritamos a los cuatro vientos, bien dice el dicho -nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido-.

Ultimamente México ha sido golpeado, maltratado, humillado, cosa que ante los demás nos ha hecho quedar muy mal, creo que lo mismo nos pasa cuando oímos hablar mal de otros países, luego luego damos nuestra opinión criticando a más no poder, pero yo creo que por muy mal que vayan las cosas, no hay como la tierra de uno, aquí están nuestras raíces, la familia, los amores, las costumbres, y por muy bien que se pueda vivir en otros países, no se deja de ser un extranjero nunca, pisando tierra que no nos corresponde.

Siempre es mejor estar con los nuestros, ya sea pobres o ricos pero en la patria, aquí no hay diferencia de idioma ni de costumbres, problemas los habrá dondequiera que uno vaya y es peor si estamos en tierra extraña. Muchas personas se van huyendo de la inseguridad, de la pobreza, de problemas familiares, etc. pero creo que uno es el que carga con todo eso y lo llevaremos como equipaje a donde vayamos.

Algunas personas van huyendo de un temblor fuerte, pero ¿quien asegura que donde vayan no va a temblar? lo mismo con la inseguridad, asaltos, secuestros, esto por poner un ejemplo. Dondequiera se cuecen habas y en todas partes es lo mismo, sino una cosa otra, nadie tenemos la vida asegurada ni mucho menos el porvenir, si supiéramos todo lo que nos fuera a pasar, creo nos moriríamos más pronto de preocupación.

No dejemos nuestro país en busca de mejores oportunidades, al contrario apoyemos a que todo se componga, México somos todos y nos toca poner un grano de arena para que se mejore, las comparaciones nunca son buenas, pero México es un gran país, en el cual hay libertad en todos sentidos, cosa que en otros países no lo hay, sembremos en nuestros hijos el amor y arraigo a su país,y que aprendan a llevar una vida digna para que poco a poco nuestra hermosa tierra sea mejor y que con orgullo digamos todos ¡VIVA MÉXICO, SEÑOR!!

sábado, 17 de julio de 2010

Religión y fé.


Alguien me dijo hoy, que yo era católica convenenciera, y tiene mucha razón, yo llevo "mi religión" a mi manera, creo mucho en Dios, pero no asisto a la iglesia, y no creo haber seguido los mandamientos al pie de la letra. Tal vez ha sido el hecho de que no creo en los sacerdotes, desde chica me decepcionaron, porque ¡hay cada caso!! lo que vemos y oímos de ellos no es nada agradable, me doy cuenta que muchos realmente no tienen la vocación, lo cual es muy triste y no se porque entran a formar parte de la iglesia sino tienen el deseo de servir a Dios, tal vez lo hacen porque así conviene a sus intereses, lo cual es peor todavía.

Bueno dejando aparte lo de los sacerdotes, (que ellos sabrán lo que hacen) creo que esto no nos debiera alejar de la iglesia, total que cada quien cargue con sus culpas, y nosotros a hacer lo nuestro, sin mirar que hacen los demás, pero creo que el mundo moderno hace que nos volvamos apáticos en cuanto a religión se trata y muchos pensarán como yo, que con creer en Dios, es bastante y estoy pensando seriamente que eso no basta.

Los tiempos que vivimos son muy estresantes, andamos nerviosos, de prisa, enojados, malhumorados, sea por la razón que sea, porque unos se quejan que trabajan mucho, otros porque no encuentran trabajo, otros más por pleitos con la familia o porque el dinero no alcanza, porque se casan, porque se divorcian, en fin, pretextos sobran, y creo que a lo mejor es porque nos hemos alejado mucho de Dios, pensamos en todo, menos en el, que triste ¿verdad? ¿será que ya se aproxima el final? o será que ya no nos importa nada ni nadie, solo lo material es lo que cuenta.

Yo viví una niñez en la cual no se miraba todo como hoy, recuerdo a las personas sonrientes, amables, respetuosas, la familia reunida platicando, yendo a la iglesia los domingos y después a visitar a los familiares o aunque sea al parque a pasear y estar el domingo la familia reunida, para empezar nuevamente la semana cada quien sus labores. Estaba todo muy bien distribuido, el papá a trabajar, la mamá a cuidar de los hijos, los niños a la escuela, después cuando todos regresaban de sus labores, la comida en familia y los relatos de los adultos que tanto agradaban, después entre todos a levantar la mesa, ¡que tiempos aquellos, como los añoro!!.

La vida moderna, con todo y sus comodidades está acabando con las familias, ya no hay ninguno de los roles que antes mencioné, ya cada quien hace lo que le da la gana o lo que por fuerza tiene que hacer para seguir adelante y poder vivir más o menos bien, se ha perdido el respeto, la amabilidad, la comunicación, la unión familiar, que es la base de la sociedad. Yo creo que todo esto tiene que ver por lo que ya he dicho antes, que nos hemos alejado de Dios, yo lo reconozco que si creo en él, aunque no voy a misa, pero otros ya ni siquiera creen.

Ojalá que recapacitáramos un poco y volviéramos a tener fé, que buena falta nos hace, donde hay amor, esta Dios y donde está Dios, no falta nada, porque él con su infinita misericordia se encarga de todo, acuérdense que todo lo material es terrenal, no nos lo vamos a llevar, aquí se quedará para que otros lo gocen y lo que se nos tomará en cuenta es que hicimos y como lo hicimos, así que cada quien en su religión que se acerque más a Dios para que podamos llevar una mejor vida y nos alejemos un poco de lo material, ¡nunca es tarde, y Dios todo lo perdona!!.

lunes, 12 de julio de 2010

La ira.


Otro de los 7 pecados capitales y de la que más abusamos. si pudiéramos controlar la ira, otra cosa sería la vida, ¿cuantas veces no perdemos a la pareja, el trabajo, o algo que realmente queríamos por causa de la ira? yo creo que muchas. y es que la verdad es difícil no caer en ella.

¿porque nos enojamos, será porque las cosas no salen como quisiéramos? o a la mejor es una forma de tapar nuestra impotencia ante las circunstancias, recordemos que no todo debe marchar sobre ruedas, en la vida hay momentos difíciles que debemos afrontar y no sacarle la vuelta, como tampoco montar en cólera, lo cual es lo más frecuente que hacemos.

La vida día a día nos da sorpresas, jamás sabemos que nos traerá el mañana, si lo supiéramos estaríamos mejor preparados para ello, o en el último de los casos asustados ante los acontecimientos por venir, depende de cada persona como lo tome. La ira no nos deja nada bueno, si nos ponemos a pensar cada vez que nos enojamos, en lugar de ganar perdemos, deberíamos aprender a controlarla, porque en primer lugar, nos hacemos daño a nosotros mismos, es mejor tomar todo con calma y buscar soluciones, como dicen, ocuparnos no preocuparnos.

Todo se puede en la vida, nada más hay que tener ganas de hacerlo y perseverar en ello, las personas que aprender a controlar su ira, son más felices y tienen por supuesto, mejor relación con quienes los rodean, recuerden que en un pleito nadie gana, pues dizque el vencedor, lo único que gana es un enemigo, no guardemos resentimientos, guardemos sentimientos y verán que la vida es más bonita, al aprender a llevarse bien con los demás, controlando la ira.

miércoles, 7 de julio de 2010

Nuestros padres.


Nuestros padres son nuestras raíces, de donde venimos, y quienes nos educaron y cuidaron, a ellos les debemos nuestra existencia y formación. cuando niños los vemos como héroes que todo lo pueden, nos sentimos protegidos y pensamos que si estamos a su lado, nada nos pasará.

Ya más grandes, las cosas cambian, en la adolescencia ya no los vemos igual, pues pensamos que lo sabemos todo y que ellos se quedaron atrás, que no nos comprenden y a veces los tratamos groseramente, esta etapa es difícil por eso se llama adolescencia, que quiere decir adolece, y es que la verdad no se sabe lo que se quiere.

Conforme pasa el tiempo, empezamos a comprenderlos y a darles la razón, porque estamos viviendo momentos por los cuales ellos ya pasaron y entonces es cuando lo entendemos todo. Ellos merecen nuestro respeto y comprensión porque la verdad ser padres no es fácil, traer un hijo al mundo es una responsabilidad muy grande, que se tiene que tomar a conciencia, pues su educación y formación está totalmente en nuestras manos y de nosotros aprenderá lo bueno y malo de la vida.

Cuando ellos envejecen hay que regresarles el amor y cuidados que nos dieron, no debemos ser egoístas, pues es la ley de la vida, -hay que dar para recibir- pues a nadie nos gustaría que nos dieran la espalda cuando más lo necesitáramos. Nuestros viejos ya hicieron su labor en este mundo y ahora les toca descansar y disfrutar del cariño de los suyos, que bien merecido se lo tienen.

sábado, 3 de julio de 2010

Soledad.


La soledad no es silencio, el silencio no es soledad, algo que oí por ahí, y es muy cierto, lo cual quiere decir que no hay que tener miedo a estar solo, porque una cosa es vivir solo y otra vivir en soledad. En todas las casas esta Dios con nosotros así que empezando por ahí, ya no lo estamos, además es estar con uno mismo y que mejor compañía que eso.

La vida nos da muchas sorpresas y jamás sabemos que pasará el día de mañana, ahora vivimos de un modo, mañana de otro, así que debemos ajustarnos a las circunstancias de la mejor manera posible y no tener miedo a afrontar lo que venga. cuantas veces vivimos en una familia numerosa y poco a poco se van yendo cada quien a hacer su vida, a veces en la misma ciudad otras fuera, pero al final de cuentas quedamos solos, pero es la ley de la vida, solos nacimos, solos morimos.

Lo más bonito es saber vivir y mantener nuestro espíritu alegre, no debemos aferrarnos a nada ni a nadie, porque todo es pasajero, -hasta la vida- así que lo que nos toque vivir y estar en este mundo, hay que hacerlo de la mejor manera posible. Cuantas personas hay que se aferran a la pareja y a los hijos y piensan que si no los tienen el mundo se acaba, y no es así, somos individuales no estamos pegados con los otros y cada quien tiene que vivir su vida a su manera y como mejor le convenga, como dicen vivir y dejar vivir, pensar que los hijos tarde o temprano se irán y la pareja si no hay entendimiento entre ambos también la perderemos. Si se tiene la fortuna de conservarla, ¡felicidades! porque así ya serán dos para acompañarse en el camino de la vida, pero si no, hay que seguir adelante sin miedo, porque solo está, el que así quiere sentirse, la vida es muy bella y siempre habrá algo que nos llame la atención y que nos mantenga ocupados.

Hay que aprender a estar solos con uno mismo, eso hace que nos volvamos más responsables, nos cuidamos mejor porque no tenemos quien lo haga, ¡hay tantas cosas que hacer! más que nada conocernos así mismos, amarnos y apapacharnos, hacer las cosas que antes no podíamos. por estar pendientes de la familia, y darnos los gustos que antes no nos dábamos.

Aprendamos a vivir sin miedo a la soledad porque como dije antes, en realidad no lo estamos, Dios nos acompaña siempre y después de él nosotros mismos, disfrutemos esta etapa de la vida, porque no sabemos que nos traerá el mañana, cada amanecer es una sorpresa y hay que recibirla como venga.