miércoles, 28 de abril de 2010

Querer y poder.


Siempre se ha dicho que querer es poder, lo he oído cantidad de veces y lo llegue a creer, pero me he dado cuenta, que no es así, muchas veces queremos pero no podemos. Cuando se es niño, queremos hacer cosas, como...saltar del techo, pretender volar, bajar las escaleras corriendo, ahorcar al gato, en fin tantas travesuras mas, pero siempre la madre previsora nos lo impide.

De adolescentes, queremos libertad para hacer lo que nos de la gana, llegar tarde a casa, no hacer la tarea, traer cuanto amigo nos encontramos a casa y que mama les de comer, eso es lo mas ingenuo que se me ocurre, pero la verdad en esa edad se antoja hacer tantas cosas,- pues el deseo de experimentar es muy grande-, pero vuelvo a lo mismo, todo queda en deseo porque nuestros padres no lo permiten, -y que bueno- sino que seria de nosotros.

Ya de jóvenes también queremos hacer tanta tontería, que mejor no pongo ejemplos, pues los que hemos pasado por esa etapa de la vida, ya sabemos que hemos deseado, pero nuevamente nuestros queridos adultos nos dan consejos y nos hacen desistir -a veces- de hacerlo.

Un poco mas maduritos, algunos ya casados, quieren ser fieles, y no pueden o tal vez no quieren. otros quieren con toda su alma, tener hijos y no pueden, y hacen cuanta cosa esta en sus manos para lograrlo y nada mas no.

Ya en la tercera edad, ¡es peor la cosa!, porque las fuerzas se acaban, pero los deseos quedan, queremos hacer cosas que hacíamos cuando eramos jóvenes y por supuesto que no se puede, el cerebro sigue activo, pero el cuerpo no. en esta edad se desea ser infiel y ¡tampoco se puede! se quisiera trabajar y simplemente ya nadie ofrece trabajo a ancianos.

Con decirles que ya ni muertos se cumplen nuestros deseos, pues la familia toma decisiones que tal vez no era lo que nosotros habíamos planeado, como.. decidir nuestro funeral, si nos entierran o incineran, que si las cenizas donde se esparcirán, que si habíamos determinado tal bien material para fulano, se lo dan a zutano, en fin que con todo esto me doy cuenta que la mayoría de las veces ¡AUNQUE SE QUIERA, NO SE PUEDE!

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