sábado, 14 de mayo de 2011

El chisme sabroso.


¿A quien no le gusta el chisme? ¡¡a mi me encanta!! pero hay categorías, hay chisme bueno y chisme malo, o sea el que no hace daño y el que si, todas las personas alguna vez le han entrado con ganas al chismorreo, reunidas en un cafecito, en algún salón o en su propia casa en compañía de sus amistades.

Los seres humanos somos gregarios y nos encanta conversar, y es ahí cuando entra el chisme con ganas, muchos dirán que no es cierto, pero si lo es, ¿acaso no nos ponemos a hablar de los demás aunque sea bien?, entonces eso es vil chismorreo, ¡aguas con el que falte a una reunión! pues será el punto central de la crítica, (por eso no hay que faltar nunca).

El chisme con el fin de pasar un rato ameno en compañía de los amigos, no es tan malo, pues la mayoría de las veces no pasa de una simple crítica o broma hacia alguien, pero malo es el que se dice son saña y con todo el afán de desprestigiar a alguien en particular, a ese hay que tenerle miedo y sacarle la vuelta, recordemos que -con la vara que mides, serás medido- ese es mejor no darle crédito y no opinar, sino todo lo contrario hacer recapacitar al que lo promovió, y más si se trata de quien se está haciendo escarnio sea un amigo o familiar nuestro, hay que defenderlo a más no poder.

Cuantas veces no hemos visto destruida la reputación de una persona, por un chisme sin sentido, es muy difícil recuperar la credibilidad y respeto una vez que se suelta un chisme en contra, es como desplumar una gallina en el aire, difícil es recuperar las plumas.

Sigamos pasando ratos agradables con los demás y dándole duro al chisme blanco (o sea el que no daña) pues es muy bonito compartir con los amigos esos momentos tan amenos, así ¡¡QUE VIVA EL CHISME!!